lunes, 25 de enero de 2010

sobre el fondo del Bicentenario

No hay que amilanarse


Desde el comienzo de la gestión Néstor Kirchner dio muestras de que el tratamiento de la Deuda Externa iba a ocupar un capítulo significativo en su gestión de gobierno. No bien se hizo cargo de la Presidencia sobrevino la pulseada con el Fondo Monetario Internacional sobre que parte de del superávit primario iba a ser destinado al pago de los servicios de la deuda. El Fondo exigía un 5% y la Argentina planteaba el 3%. El reciente gobierno de Kirchner se plantó en el 3% y el Fondo tuvo que avenirse a esa pauta. Es bueno recordar que en esas mismas circunstancias Brasil firmó un acuerdo del 4,5%. Luego el gobierno lanzó la escalada con el primer canje con los bonistas privados cuando propuso una quita del 75%. El siguiente paso fue cancelar la Deuda con el Fondo Monetario Internacional para lo cual, dicho sea, se dispuso algo así como del 50% de las reservas y nada malo sucedió. Ya en una avanzada muy fuerte el gobierno de Cristina Kirchner en una continuidad estratégica con el gobierno de Néstor Kirchner, dispone el fondo de reserva en cuestión, como garantía de pago de los vencimientos del año en curso. De esta manera la Argentina se proponía entrar de lleno en la franja financiera de créditos blandos, es decir, de tasas de interés menores al 10%. Para dar verdadera cuenta de los intereses en juego es importante señalar que esta entrada en zona de financiamiento blando se hacía eludiendo toda tipo de participación por parte del Fondo Monetario Internacional. Ni siquiera se accedía a las auditorías técnicas a las que están sometidos los Países que integran “el grupo de los 20”.


Entonces, sepamos destacar que es lo que está en juego cuando la oposición traba este fondo de garantía del Bicentenario. Con este alivio en el financiamiento de su economía el Gobierno nacional asentaba el crecimiento en pilares sólidos. Además, la estrategia sobre el manejo de la Deuda Externa por parte de los dos gobiernos del kirchnerismo quedaba cerrada como propuesta exitosa. La Deuda Externa como traba principal de nuestro crecimiento y causa fundamental de sometimiento del País a los decisiones del FMI, quedaba claramente desplazada. Naturalmente la repercusión hacia el proceso electoral del 2011 era insoslayable. De nuevo con el País creciendo y tomando nuevo impulso el proceso de integración social, las chances electorales del kirchnerismo eran claramente favorables. Es indudable que si la oposición logra hacer fracasar esta disposición sobre las reservas el modelo de crecimiento con inclusión social que impulsa el gobierno nacional se pone en tensión.


Pero esta oposición asentada en la derecha política hace rato que perdió toda noción de Patria para solo apetecer su sobrevivencia como burocracia política dócil a los designios de las corporaciones financieras. En el caso del Justicialismo este proceso se da con la reconfiguración del menemismo en las manos de Felipe Solá, De Narváez y el andar en las penumbras de Eduardo Duhalde. En el caso del Radicalismo sucede lo mismo. Si bien no hay un proceso cerrado de la mano de Oscar Aguad y la operatoria fantasmal de Enrique Nosiglia, el Radicalismo es arrastrado hacia posturas liberales y conservadoras muy al tono ideológico de las que supo tener cuando prestó su estructura a la “Revolución Fusiladora” de Aramburu e Isaac Rojas.


Bien tomado este tropiezo para el gobierno nacional, no hay mal que por bien no venga. Toda crisis acuna una esperanza. El gobierno puede salir para adelante si frente a esta encerrona, secundariza la incursión en los laberintos leguleyos y se afirma en profundizar su modelo político. La idea pasa por que el gobierno lance un debate nacional que incluya una reforma fiscal y una nueva ley que regule los recursos financieros. Este debate tiene que abarcar al Partido Justicialista y a la totalidad de la franja de izquierda progresista, nacional y popular. La propuesta además tiene que tener un fuerte carácter participativo y movilizador. Este movimiento tiene mucha historia como para que se amilane frente a una oposición que solo sabe mostrar su miseria.


Paraná, 25 de enero del 2010


Juan Iturburú

1 comentario:

  1. juan: considerar aún la deuda externa como ilegítima; y pagar al FMI con fondos necesarios x empezar a saldar la deuda interna, especialmente con los jubilados.... es "ultraizquierdismo" 1 abzo.

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